Nuestra versión de los hechos...

Intravagantes es una nueva colección de Ediciones Evohé, que pretende celebrar la heterodoxia de autores, de perspectivas e ideologías, de escuelas literarias. Y también de géneros. En Intravagantes, para comprender el mundo y la existencia, mestizamos: poesía, novela, ensayo, teatro, cuento, testimonio, cómic, biografía, memorias.
En la luz y en la sombra de esta colección late nuestra versión de los hechos, porque lo que importa no es el formato sino la palabra. Y cada palabra basta para ser testimonio compartido de la búsqueda de la verdad en lo diverso, aquello que no está en ningún espacio que tengamos que esforzarnos por alcanzar, sino en nosotros mismos.
Dijo Aristóteles “la finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia”. Así nuestros Intravagantes despliegan muy distintas formas de expresión pero siempre contienen nuestra duda y nuestra certeza, nuestro asombro y nuestra familiaridad, nuestras preguntas y nuestras respuestas ante la dulzura del mundo y también de su amargura.
La única seña de identidad cifrada en Intravagantes es la grandeza de la diversidad humana.

lunes, 21 de enero de 2013

Soneto con estrambote

Intravagantes amigos:
Compuso Cervantes este soneto con estrambote para cierto sucedido en la Nomen Domine (No8Do) ciudad de Sevilla ...

¡Qué otras cosas no acontecerán el 4 de febrero en la presentación del Corazón del lobo de Rafael Soler en la "no me ha dejado" ciudad...

No lo dejéis vosotros a Soler... Acudid...   






Al túmulo del rey que se hizo en Sevilla

“Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describirla,
porque, ¿a quién no sorprende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?

Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla,
Roma triunfante en ánimo y nobleza!

Apostaré que el ánima del muerto,
por gozar este sitio hoy ha dejado
la gloria donde vive eternamente”.

Esto oyó un valentón, y dijo: “Es cierto
cuanto dice voacé, señor soldado,
y el que dijere lo contrario, miente”.

Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

                      (Miguel de Cervantes)

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